Opatija -Croacia . Veraneo aristocrático.

VERANEO ARISTOCRÁTICO.

Los Habsburgo eran adictos a los encantos de Opatija , como lo era Anton Chekhov, Gustav Mahler y Henry Sienkiewicz . La controvertida Emperatriz Elizabeth (Sissi), a pesar de que “Hollywood” nos la pintará como la protagonista de un cuento de hadas tuvo una vida bastante atormentada y la paz de Opatija le sirvió de refugio espiritual más de una vez. No es difícil imaginar que el paisaje exuberante de sus montes bañados por el mar, y el aislamiento de la villa sirvieran a Sissi como argumento idóneo para olvidarse de los problemas de la corte y dar rienda suelta a su rica vida interior allá donde no fuera el punto de mira de todos los que la rodeaban.

El transcurso de las influencias varias que hicieron el Opatija de hoy está escrito en su arquitectura. Desde las pequeñas casas de piedra con ventanas diminutas y tejados rojos, apiladas en calles estrechas, propias de un pueblecito marinero, pasando por los palacios, villas y hoteles de estilo contemporáneo en los que no se ahorraba ni en lujo ni en espacio, hasta la arquitectura moderna posterior a la segunda guerra mundial.

Los hoteles entrañan la riqueza arquitectónica del pueblo. Tras la construcción del Kvarner, siguió la de Villa Amalia, la del “Palace”, la del “Jadran” (Hotel Millenium) y la del Hotel Crown Princess Stephanie (Hotel Imperial) . Y cada cual guarda un retazo de la historia europea y cantidad de anécdotas dignas de llenar el más jugoso de los diarios.

DE PASEO POR OPATIJA.

Hoy las calles de Opatija están repletas de visitantes que llenan los ancestrales hoteles a los que les ha alcanzado el devenir de los tiempos y cuentan con todas las comodidades. Con un poco de fantasía se podrá escuchar las sinfonías de Mahler, presentir a Isadora Duncan bailando su paso de la palma en las terrazas que miran al mar, e incluso adivinar la sonrisa de Sissi en sus épocas de armonía, mientras las lanchas motoras, el aire acondicionado, los I-Phones, I-Pods, E-Books… pasan a formar parte del escenario habitual.

Los bajos de las casas de época que bordean las avenidas principales están poblados con tiendas espectaculares, heladerías y chocolaterías, a donde la gente acude a tomarse una amorosa taza de chocolate tras haber hecho la compra en el colorido mercado de Opatija en donde se puede conseguir pescado recién sacado de la mar, verduras y frutas fresquísimas y complementarla comprando un bonito ramo de flores variadas en alguno de los puestos que decoran la entrada al mercado.

Al anochecer las farolas iluminan las calles dándoles un toque de calidez. Se escucha el taconeo de las mujeres y se observa una indumentaria más formal que la diurna, en aquellos que acuden a los casinos, a los teatros o a los conciertos. El Opatjia cultural despierta al ponerse el sol cuando los amantes del deporte han terminado el día, navegando en un velero a lo largo de los 20 kms. de la rivera de Kvarner, haciendo wind surf o visitando los castillos medievales que salpican las veredas del Monte Ucka, desde cuya cima( 1401 m) se divisa una panorámica de las islas de Kvarner que corta la respiración.

OPATIJA SALUDABLE.

Dado clima benigno de Opatija han proliferado en la zona los balnearios y centros de salud . Un atractivo más del variopinto pueblo marinero que ya desde principios del siglo XX era famoso por sus sanatorios. Los tratamientos de pulmón y corazón tienen su base en el hospital de “Thalassotherapia” que se fundó en 1959 y cuenta con cinco edificios , un completísimo equipo médico, parques relajantes , terrazas , aire y mar donde sanar los males del cuerpo y los del alma también.