TOKIO, Vanguardista y Ancestral.

Ceremonia del shi-chi-go-san para los niños nipones.

UN DIA EN LA TREPIDANTE CIUDAD DE TOKIO.

 

Sintoísmo y Budismo conviven en Japón.

Se podría elegir como primer destino el barrio de Shiodome, convenientemente situado cerca de la estación central de Tokio en Marunouchi, en la que confluyen la mayoría de líneas del Shinkansen, el tren bala, las de Japan Railways y la del metro de Tokio . La estación ya supone en sí todo un espectáculo vertiginoso de gente, mascarilla en rostro, que se mueve en un asombroso silencio y pulcritud, teniendo en cuenta la humanidad que por allí desfila. Apabullado por esa concurrencia que camina a toda velocidad, los carteles en lengua nipona, los diez andenes y las veinte vías férreas , es fácil que el recién llegado se sienta perdido, e incluso que le amenace un ataque de pánico. Sin embargo, la comunicación que en un primer momento parece imposible, va abriéndose camino a base de sonrisas, señas y esa actitud tan educada como solidaria que caracteriza al japonés. Shiodome es un moderno y financiero barrio de Tokio que linda con las estratégicas zonas de Shinbashi y Ginza. Desde sus rascacielos, obra de afamados arquitectos, se contemplan vistas que abarcan parte del coloso urbanístico que tuvo su máximo apogeo en los fructíferos años 50-60 y que hoy que compone la capital de Japón, cuyo solo centro acoge a 13 millones de personas que se convierten en 36, si a la megalópolis se refiere, distribuidas por los 23 barrios de la ciudad.

No lejos de Shiodome, en Chiyoda, al entrar en los jardines del Palacio Imperial enmarcado por los rascacielos exteriores se da con uno de los muchos contrastes que conforman la ciudad nipona al ver como una carroza tirada por impecables corceles trota por el parque practicando para la entrega oficial de las credenciales de un embajador al que tendrá que conducir desde las afueras de Palacio hasta el interior. Su circuito incluye los Jardines Orientales del palacio o Kokyo Higashi Gyoen, sitos donde antaño se encontraba el área de defensa del Castillo Edo, del que solo quedan algunas torres y fosos y que data de la época del shogunato de Tokugawa cuando a Tokio se le denominaba Edo, hasta que el emperador Meiji trasladó la antigua capital Kyoto a Edo, e instalándose en su castillo rebautizó a la ciudad como Tokio. Hoy sus ocho kilómetros cuadrados están cubiertos de bellos jardines estilo japonés, visitables todos los días del año, mientras que el Palacio Imperial, residencia de los actuales emperadores, solo abre sus puertas al público en el cumpleaños del Emperador y el dos de Enero en que su majestad saluda a los allí presentes.

 

EL SINTOÍSMO, UNA FORMA DE VIVIR…

El año nuevo viene acompañado de nuevos propósitos y deseos. Los santuarios sintoístas y los templos budistas se llenan de feligreses que veneran a las deidades agradeciéndoles sus prebendas. Es un gracias a la vida, a esa naturaleza de la que se sienten parte plena y que les concede el privilegio de las montañas, del mar, de los bosques e incluso de aquellos fenómenos naturales que tanto les azota y que sin embargo, según dicen, de alguna forma les compensa …. Una filosofía vital , positiva que se funde con el budismo llegado de la India y de China, sacando lo mejor de cada cual. En los templos del Parque Ueno, situado en el distrito Ueno del Barrio Taito, padres y abuelos llevan a sus infantes al templo Kiyomizu Kannon, al Bentendo o al santuario de Toshugo. Van a la celebración anual del Shichi-Go-San (siete, cinco, tres) dedicada a niñas de tres y siete años y varones de cinco. Edades estratégicas según el código nipón cuando los niños visten formalmente el “hakama” pantalón tradicional y el “haori” en seda de los samuráis y las niñas pasan de usar las cintas simples de los tres años en sus kimonos al “obi” alrededor de su cintura. A los críos les regalan una bolsa de caramelos alargados de color blanco y rojo “chitoseame” como augurio de sano crecimiento y vida larga. Al salir del parque tras haber visitado el Museo Nacional de Tokio, el más antiguo de Japón que data de 1872 año en que se celebro una exposición en el santuario de Yushima Seidom, y el Museo de Arte Occidental que nació en 1954 gracias a la Colección Matsukata y cuyo edificio obra de Le Corbusier alberga exclusivamente arte de occidente, el panorama cambia de raíz en el mercado de Ameyoko, antigua sede del mercado negro tras la segunda guerra mundial. Allí , los puestos de ropa, pescado seco y fresco, frutas y verduras se salpican con los muchos casinos y garitos de cambio a manos de residentes coreanos .

El santuario de Meiji Jingu al lado del parque Yoyogi es uno de los más queridos que señalan el momento de la apertura de Japón al mundo, al terminar el periodo feudal de los shogunes con la caída del Shogun Tokugawa y la llegada al trono del emperador Meiji en 1867 que modernizó Japón y en cuyo honor y el de su esposa, la emperatriz Shoken, se construyó el santuario. El lugar escogido para su levantamiento en 1921 fue un jardín de lirios por donde solían pasear los emperadores entre los bosques con ciento veinte mil árboles que, donados por las prefecturas de Japón, comprenden todas las especies arbóreas del país. Al Santuario le precede una hilera de ofrendas en forma de barriles de sake y de borgoña como símbolo de la amistad entre Japón y Francia y deseo de buenas cosechas del vino japonés y del francés que tanto gustaba al monarca. Cada año se consagran las cubetas de sake, envueltas en paja, de la Asociación Mundial de Meiji Jingu Nación Sake Cerveceros y los barriles de Borgoña, iniciativa del Sr. Yasuhiko Sata, representante de la Casa de Borgoña en Tokio. Sin embargo el templo budista más antiguo de Tokio es el de Senso Ji en el barrio de Asakusa a donde acuden los jóvenes vestidos con kimonos y colegiales que disparan su selfie al lado de la monumental pagoda de cinco niveles que haces las veces de cementerio pues guarda las cenizas de familias ilustres. Otro punto imprescindible de selfie está en la puerta de entrada, bajo el farolillo rojo y gigante cuya inscripción en negro Kaminanimon significa Puerta de los Truenos. Y siguiendo con los contrastes, al salir de Senso Ji, obligatoria es la visita al callejón de Takeshita lleno de tiendas de segunda mano, frikadas, y adolescentes vestidas a lo Lolita, aperitivo de lo que se pueda encontrar en la llamada ciudad electrónica de Akihabara, reinado de la manga japonesa, donde entre estrepitosos almacenes de electrónica como el Yodobashi Akiba, se salpican los dibujos animados, Doraemon entre ellos, y sus versiones porno (hentai), en las sex shop y en las tiendas de “muñequitos” de goma con dudosa reputación, a cuyas puertas las Lolitas con aspecto inocente y vestimenta infantil publicitan los cafés “Maids”.

 

Ometasando es una calle bonita, paralela a Takeshita, que clasificada como magnifico escaparate arquitectónico, se viste de tiendas lujosas, véase Louis Vuitton, Dior, Zara, y la adornan las hileras de olmos japoneses. Una de las guindas de Ometesando es la sede de Honda donde espera el robot Asimo para contarle a sus visitantes con voz familiar como él puede andar, saltar y casi hasta levitar. Le hace la competencia la silla electrónica que lleva a su “inquilino” a donde quiera con solo pulsar el botón en un agradable y sinuoso patinaje casero.

SHINJUKU PARA TODOS LOS GUSTOS.

En el más famoso de todos los pasos cebra, el SCRAMBLE (la espantada), sito en Shibuya, pueden cruzar simultáneamente unas mil personas. Allí las adolescentes se pasean ataviadas a la última extravagancia en busca de una oportunidad mientras en los almacenes 109 atractivas dependientas visten lo que venden para atraer al joven público que llena sus escaleras mecánicas. Artistas y modelos se fotografían en medio del paso alineado, lleno de transeúntes japoneses y turistas a los que les faltan ojos y cámaras para retener lo que allí acontece en cuestión de segundos. Lejos de los neones, recóndito e intimo, el callejón de Golden Gai en Shinjuku ofrece chiringuitos acogedores de madera, donde tomarse una cerveza Sapporo acompañada de sashimi o tempura, en el laberinto que antaño albergaba uno más de los barrios rojos de Tokio. Oficinistas después del trabajo “expats” … la mayoría hombres, acuden al callejón. Curiosamente, al salir de las callejuelas de un Tokio ancestral, y en el llamado barrio rosado, fotos de jovenzuelos peinados con tupes y ropas apretadas empapelan las paredes ofreciendo susservicios a toda aquella que busque un poco de entretenimiento en las a veces solitarias noches de Tokio.

 

El templo de Shinjuku está de fiesta. Encajado entre bloques de cemento, almacenes y luces de neón, este enclave sintoísta acoge al anochecer a todo el vecindario que tras las reverencias oportunas en el altar principal y tirar de la cuerda de los deseos “shimenawa”, disfrutan de aquella “verbena” adornada por faroles y poblada con puestecillos de comida, venta de amuletos y un ambiente distendido en el centro de la ciudad. El aroma de las barritas de incienso perfuma el aire . No faltan los cilindros de metal de los que sacar un palillo tras agitar el contenedor para predecir eventos futuros, ni los papelillos de la fortuna. El ambiente es festivo y todo el mundo parece estar pasando un buen rato .

GINZA O EL GLAMOUR.

Pasear por Ginza es hacerlo por el glamour y el buen gusto. Se la compara con la quinta avenida de Nueva York y no la desmerece en absoluto. Compitiendo con Omotesando en cuanto a elitismo , en Ginza se puede encontrar desde la asequible oferta de Uniqlo, cuyos escaparates luminosos atraen como un imán a todo el que para a contemplarlo y que una vez dentro cae en sus muchas tentaciones de cardigan, camisas de cuadros o anoraks tan ligeros que caben en el bolso. El edificio de Sony, la tienda de Apple con un diseño exterior alucinante, los salones exclusivos de te o productos gourmet, el Edificio Wako construido en 1932 con un marcado corte occidental al que corona su reloj marca Sony, o la espectacular torre cristalina de Bulgari abrazada por una serpiente dorada, entre otros y muchos edificios, pueblan la famosa calle de luces, neones y sueños.

El teatro Kabuki -za cuyo bellísimo edificio destruido y reconstruido en numerosas ocasiones debido a incendios, terremotos, y bombardeos , protagoniza la entrada al exclusivo barrio de Ginza. Su última reforma que incluía sistemas antisísmicos y todo tipo de mejoras, duró tres años, abriendo en 2013 un Kabuki con la misma apariencia pero adaptado a los tiempos que corren lo que incluye, entre otros avances, los muy convenientes auriculares en inglés. Sus atractivos carteles con aquellos personajes maquillados del ancestral y dramático teatro japonés, animan ver alguna representación de su rica cartelera con obras diarias de entre tres y cuatro actos y cuatro horas de duración.

La escultura de la araña gigante, obra de Louise Bourgeois, preside la entrada a la torre Mori en el distrito de Roppongi que desde el levantamiento del complejo urbanístico de Roppongi Hills en 2003, se ha convertido en una de las zonas de más ambiente. Desde la torre se divisa el Monte Fuji , el Hotel Park Hyatt Tokio “Lost in Translation,” y el “todo” Tokio a no ser que venga Godzilla a tapar la vista de una de las ciudades más espectaculares del mundo. Al bajar de las nubes Roppongi es el lugar donde disfrutar de una noche tokiota en sus muchos bares, discotecas y restaurantes.

ODAIBA.

Fue a finales del siglo veinte cuando cobró protagonismo al albergar los más modernos centros comerciales, entretenimiento “futurista” como el Gundam Front Tokyo cuya estatua al famoso robot Gundam, con 18 metros de altura, rememora una de las series más populares de Japón, el Museo Nacional de las Ciencias de la Innovación, o el Museo del Futuro Mirakain . Otro de sus atractivos es el Toyota Megaweb con exposiciones y pistas de conducción. Para disfrutar de las alturas , está la noria más alta del mundo con sus 115 metros. El edificio de la televisión Fuji, obra del gran arquitecto Tange Kenzo, también ofrece vistas considerables y allí se puede cotillear entre las bambalinas, sobre los dimes y diretes del canal televisivo. El Ooedo-Onsen -Monogatari (aguas termales) en Odaiba presume de ser el mayor de Tokio y es un lugar excelente para relajarse del bullicio callejero. Una surrealista réplica de la Estatua de la Libertad ubicada en el río Sena de París se alza de espaldas al puente y ratifica las buenas relaciones entre Francia y Japón.

Guía:

Cómo llegar:

Qatar Airways está considerada como una de las mejores aerolíneas del mundo . El vuelo Madrid Tokio en un Boing 777 tiene una clase turista cómoda, pantallas táctiles con gran oferta de películas y videojuegos, un reposacabezas adaptable y un servicio exquisito . La clase Business disfruta de menús exclusivos, un sillón que se convierte en cama y atención personalizada. Hace una escala en Doha de apenas 45 minutos.

http://www.qatarairways.com

Dónde Dormir:

El Hotel Royal Park Shiodome situado en un centro de negocios y cultural, apenas a tres minutos a pie de la estación de Shimbashi, es una magnifica opción para disfrutar de unas habitaciones que gozan de las últimas comodidades y tecnología, exquisita gastronomía , vistas espectaculares y una situación idónea para moverse por Tokio.

http://en.parkhoteltokyo.com

 

Sawanoya Ryokan

Abierto desde 1949 en las cercanías del parque Ueno, lleva décadas alojando a los turistas que quieren disfrutar del alojamiento tradicional con baños termales y de la singularidad gastronómica que supone el Ryokan donde jóvenes ataviadas con kimonos se mueven de rodillas y sin dar nunca la espalda al comensal, le van sirviendo manjares con la mayor de las delicadezas. Toda una experiencia es dormir sobre tatami en unas habitaciones que se convierten en dormitorio, comedor o salón según las necesidades del día y de sus huéspedes.

http://www.sawanoya.com/

Dónde comer:

Restaurante Nihonryori Ryu Gin.

Sentidos, aromas, temperatura, textura y combinaciones protagonizan la inolvidable experiencia gastronómica del tres estrellas Michelín Ryu Gin a cargo del chef Seiji Yamamoto en Roppongi , una de las zonas más exclusivas de actividad nocturna de Tokio.

http://nihonryori-ryugin.com

Los Ramen y las Izakayas están por todas partes en Tokio . El Ramen es para las prisas; en los compartimentos de a uno, la cortinilla se abre y el wok de noodle aparece a gusto de cada cual que lo consume con prisas para dejar sitio al siguiente. Las Izakayas son las tabernas japonesas donde disfrutar de las especialidades. Aunque ya occidentalizadas, con sillas y mesas, suelen tener también el suelo del tatami y habitaciones privadas al estilo tradicional japonés, No dejar de probar los okonomiyaki de fideos Yakaoba fritos con cerdo, gambas, ternera… en los Fugetsu.

Transporte:

Una vez en Tokio, probablemente se viajará a otros lugares de Japón por lo que es muy aconsejable pedir el JR Pass desde el lugar de procedencia. Lo enviarán por correo sin problema y dará acceso al Shinkansen de alta velocidad para viajar por todo Japón. Para dudas y horarios consultar las oficinas de Midori No Maduguchi, especialmente en las estaciones o aeropuertos donde es más fácil que sepan inglés. También ayuda

la página http://www.hyperdia.com/en/

 

Información:

http://www.gotokyo.org/es/

 

 

 

 

 

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