EL Hotel Mandarín Oriental es un palco privilegiado desde donde observar la vida de Manhattan por todo lo alto y prepararse a disfrutarla, una vez abajo. Como corresponde a la arquitectura “Manhattan”, el “Hotel”, es un rascacielos cristalino y etéreo que ocupa 35 plantas de las 54 tiene el “Time Warner Centre” y está situado en la unión entre Columbus Circle y Central Park . Por sus ventanales se asoma la magnificencia de Manhattan; es un auténtico placer desayunar en el “Lobby Lounge” croasanes, a lo continental, huevos fritos con bacon, a lo americano, o “congee”- sopa de arroz, con cebolleta, guindilla y ajo- a lo asiático, rozando las nubes y jugando a desentrañar todo lo que aquel maremágnum de calles, “yellow cabs”, coches y gente encierran. Por un lado está la vida del cuadrilátero parque; gente corriendo, conciertos, exposiciones, remeros en el lago, restaurantes; un bosque dentro de la ciudad, y por otro lado están: ¡¡Las calles de Manhattan!! Al caminar entre ellas, la mirada, irremisiblemente, se dispara hacia arriba, imantada por la arquitectura ciudadana. Pero en realidad, donde “todo” pasa es a ras de tierra, en el asfalto. Bastante insólito resulta observar, como, un” caballo policial” ha perdido su herradura y en un abrir y cerrar de ojos llega una camioneta con un herrador incorporado que baja , le agarra la pata , le cambia el “zapato ”y haciendo caso omiso del corro callejero que ha ido formado a su paso, propinándole al “corcel” un par de palmaditas, guarda sus utensilios,…Read More