
A pesar de no haber estado nunca en el río birmano, Rudyard Kipling inmortalizó el entonces llamado río Irrawaddy con su famoso poema Mandalay dedicado al soldado británico cuando remontaba el río en un vapor de la Irrawaddy Flotilla Company para combatir contra el ejército de Thibaw, el último rey birmano, en la Tercera Guerra de Birmania (1888-1889). Tras volar de Yangón a Mandalay, el pasaje se acomoda en el barco que espera a la orilla del antaño Irrawady, hoy río Ayeyarwady, rodeado de estupas, templos y colinas. “Road to Mandalay”, construido en Colonia, tuvo sus comienzos como el crucero fluvial “Nederland” hasta que en 1994 dio un vuelco total en su escenario cuando Orient Express lo compró y trasladó al Ayeyarwady para que cumpliera con el exótico cometido de navegarlo. La cubierta tiene un restaurante especialista en la sabrosa gastronomía lugareña y una piscina donde refrescarse mirando el acontecer del río. Sus amplios camarotes con ventanales al Ayeyarwady cuentan con todas las comodidades de un gran hotel. Una vez abordo, cada cual se instala en su cabina, recorre el barco y conoce a quien será su guía y consejero durante el viaje. San es un hombre de mediana edad, ojos de lince y conversación sutil. La primera visita de la mañana es al mercado, donde San “descifra” el origen y el destino de las hortalizas, frutas, hierbas y especias, desconocidas para la mayoría. En el recorrido por la ciudad San explica como Mandalay fue la última capital de…Read More