Belmond Grand Hotel Timeo y Belmond Villa Sant´ Andrea – Sicilia

En Taormina. Uno Frente al Edna, otro a orillas del mar, platós idóneos…

Sus calles empinadas están llenas de cafés, tiendas de antigüedades y talleres de cerámica, esa cerámica única de Sicilia de vivos colores en la que predomina las cabezas de moros y la trinaquia: mujer con tres piernas que simboliza los tres vértices de la isla triangular que es Sicilia.

Para andar por Taormina hay que ir sorteando gente, coches… Sin embargo el bullicio de los puestos ambulantes, la diversidad de lenguas que flotan en el aire y el sonido de los vehículos intentando abrirse un hueco por los sinuosos callejones, termina al cruzar el umbral del Hotel Timeo.

El Timeo cuenta con tres edificios mirando la Bahía de Naxos. Desde su “Literary Terrace” probando el “Bellini” de champagne y melocotón se estudia al misterioso Etna, y su restaurante “Il Dito e La Luna” enfoca a su derecha el volcán, de frente al Mar Jónico al paso que ofrece una gastronomía exquisita con productos y vinos de la zona. Los jardines son una amalgama de flores y plantas.

Los salones espaciosos recuerdan a las escenas del “Gatopardo” cuando Burt Lancaster abría el baile llevando del brazo a una explosiva Claudia Cardinale. Salones con esculturas , piezas únicas, y una serena elegancia que se respira por sus estancias, especialmente en las suites que reflejan la magnificencia del estilo barroco siciliano hasta en sus marmóreos baños.

Taormina Mare

Para quien quiera disfrutar del mar a pie de playa, en la Bahía de Mazzaro de Taormina Mare, está el Villa Santa Andrea.

Antaño villa de una familia aristocrática inglesa, se convirtió apenas hace un año al igual que el Hotel Timeo, en otra pieza clave de la colección de Belmond.

Su aspecto es de palacete marinero, con la fachada pintada de blanco y los ventanales de contraventanas verdes adornados con geranios. En la playa privada del Hotel bajo las blancas sombrillas se esconden los huéspedes vespertinos que antes de desayunar disfrutan de un baño.

Otros embarcan en la barca de madera del Villa Santa Andrea que les mostrará la Costa de Mesina empezando por la gruta Azzurra , una de las muchas de la Bahía de Mazzaro que le ha hecho merecer la denominación de Reserva Natural. La cueva es el paraíso de los buceadores igual que la Isola Bella, considerada la joya de las playas de Taormina por sus cristalinas aguas. De vuelta al hotel se hace el silencio en la barca, quizás el pasaje espere escuchar el canto de sirenas que hipnotizó a Ulises en su navegar por el Mar Jónico.

Por la tarde es obligada la excursión a Savoca, a pocos kilómetros del estrecho de Mesina, plató natural de las escenas sicilianas del “Padrino” que Francis Ford Coppola rodó en 1971. Savoca honra al célebre director con su escultura metálica que mira al mar por un perfil y al Bar Vitelli por el otro. El Vitelli nada ha cambiado desde que Al Pacino salía por su puerta de tiras con la gorra ladeada y el fusil al hombro.

En el interior mientras se saborea un “granito” de limón típico de Sicilia, se pasa revista a las fotos con escenas de la película rodadas en Savoca. La vista de la iglesia de Santa Lucía de 1465 donde Michael se casó con Apolonia, es insuperable: montes alfombrados de pinos, el estrecho de Mesina y el azul mediterráneo.

Se está poniendo el sol, es el momento de volver a Taormina, cuando enciende sus farolas y el Teatro Griego se engalana de una luz dorada que alumbra al Hotel Timeo , y tomar un cocktail en el bar Zagra observando desde la terraza el adormecer del Etna y la hilera de luces que ilumina la Bahía de Naxos.

El teatro griego de Taormina con su espectacular acústica es el bellísimo escenario para conciertos de música clásica y representaciones de teatro clásico.

Sicilia44

 

Información belmond.com

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