JORDANIA – SEGUNDO DIA-VALLE DEL RIFT. OJOS DE ENSUEÑO.

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MAR MUERTO

Vamos camino del Valle del Rift con destino al Mar Muerto. Su solo nombre encierra una buena serie de epítetos misteriosos, científicos, y bíblicos. Un lugar extraño y atractivo que no deja indiferente, que en algún momento ha sido protagonista de conversaciones y divagaciones… porque ¿quien no ha querido comprobar si era posible sentarse a leer el periódico en el agua? para luego embadurnase de lodo negro y terminar con la piel de melocotón de un bebé.

A punto estábamos de hacer de la ficción una realidad cuando entre la niebla de la tormenta del desierto del día anterior, aparece la inmensidad del “Crown Plaza Jordan Dead Sea Resort & Spa donde nos alojaríamos aquella noche; una instalación magnífica en la que Thalgo Spa y sus piscinas, una de ellas llamada “The Lake”, con 5.300 m3, vendrán a completar la terapia del aquel lago endorreico salado, a 416,5m bajo el nivel del mar, denominado Mar Muerto.

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El sol que aún se escondía tímidamente entre la bruma iluminaba de una forma peculiar , aderezando el dramatismo de un paisaje en el que no resultaba difícil imaginar a los habitantes de Seboim y Segor , o de Sodoma y Gomorra, en sus quehaceres cotidianos, pues según parece estas urbes se encontraban en el sector sur de la orilla del curioso mar. No tardamos nada en cambiarnos y correr a la playa del hotel para zambullirnos en las “salerosas” aguas. Con cautela y muchas risas fuimos metiéndonos en el agua; no cuesta nada pues está calentita.

En un primer momento todo parece normal hasta que ¡no hay forma de hundirse! no la hay…y cuidado con darse la vuelta, que te puedes quedar en tan indecorosa postura ¡para siempre! No nos faltó un periódico, que tengo que decir no leímos, pues estaba escrito en árabe , tampoco nos libramos de que nos entrara alguna que otra gota de sal en el ojo ¡cómo escuece! y no es de extrañar ya que la salinidad del lago es nueve veces mayor que la del agua del mar.

Como no conviene estar sumergido más de diez minutos a riesgo de acabar convertido en salazón, lo mejor es salir y cubrirse de aquel lodo enriquecido al proceder de aguas con altas concentraciones de cloruro de sodio, sales y minerales. Al agua tampoco le faltan depósitos de asfalto que ya en sus tiempos los egipcios utilizaban para la momificación.

El “momento lodo” no tuvo desperdicio. Cada cual se transformó a su antojo, gracioso, singular, hasta terrorífico… y como personajes de un “Halloween “ oriental, nos bañamos otra vez para quitarnos el lodo y salir del agua con una piel nueva. Ya la sublime Cleopatra en la incesante búsqueda por perpetuar su belleza, solía entregarse al mismo ritual que siglos después seguimos nosotros, y el mismo Herodes frecuentaba al Mar Muerto quizás con la esperanza de que la sal benefactora no solo le limpiara el cuerpo , sino el alma también. David fue otro de los personajes bíblicos que buscaron refugió en las mortecinas aguas , en las que solo logran sobrevivir algunos microorganismos halófilos, protozoos, algas… y que actualmente vienen a cumplir con creces las expectativas de los muchos visitantes que van a disfrutar de ellas y de sus lodos, de los magníficos hoteles que bordean la playa, y de un paisaje que estremece por sus connotaciones históricas o simplemente por el llamativo paisaje que en los días claros hasta permite otear Jerusalén a la otra orilla del mar.

El fin de la jornada fue una variada y exquisita cena en el restaurante libanés Burj AL Hamam, dentro del mismo hotel, durante la cual no cesaban de aparecer cuencos con humos, tabule, ensaladas varias, paneras repletas de pan de pita, ollas con suculentos guisos de cordero o pollo y postres para chuparse los dedos.

WADI MUJIB

Se trata de la pétrea garganta que extendiéndose desde Madeba al norte hasta Karak al sur, enmarca entre sus multicolores muros al Río Mujib hasta que éste vierte sus aguas en la orilla oriental del Mar Muerto, a 416,5 m bajo el nivel del mar, al igual que lo hacen el río Jordán y algunos otros afluentes.

Wadi Mujib es parte de la reserva natural de la biosfera de Mujib que cubriendo 220 km2 y situada a 120 Km. de Amman es una antesala magnífica del Siq de Petra por la forma esculturas de sus paredones y un color que abarca todos los tonos posibles entre ocre y siena. Pero no solo es belleza lo que ofrece Wadi Mujib; allí se puede pasar una mañana inolvidable nadando, escalando y deslizándose entre el agua y las rocas, en otras palabras haciendo barranquismo. Lo explico: al primer chapuzón el agua cubre hasta las rodillas-indispensable sandalias acuáticas- su temperatura es cálida y su estar tranquilo. Poco a poco la cosa cambia, la corriente se acelera y aparecen las rocas, eso sí , acompañadas de estratégicos asideros indispensables para el buen término de la aventura. El agua se enloquece y hay que pelearse con ella para seguir avanzando, ni que decir tiene que es un masaje perfecto para las piernas, y comienzan los desniveles, elevaciones en este caso, primero pequeñas y luego no tanto, hasta llegar a la catarata y ducharse bajo su reconfortante cascada antes de comenzar el regreso que será muy llevadero ya que la corriente nos acompaña y ayuda, tanto, que te puedes simplemente dejar llevar por ella y mientras te empuja con suavidad contemplar el fastuoso entorno.

GHOR AL MAZRA´A

Tras la revigorizante experiencia del Mujib, antaño río Arnon, seguimos ruta hacia Ghor Al Mazra´a para disfrutar de un intercambio cultural y turístico con la gente del pueblo , gracias a la iniciativa de Zikra (Memoria), cuyo fundador, Rabee Zureikat, nos espera para contarnos y enseñarnos el sentido de su proyecto. Sus expresivos ojos azules hablan al compás de sus palabras. A su lado, una comitiva de mujeres , algunas con un burka del que sobresalen preciosos ojos, otras con su sonrisa al descubierto, tras saludarnos con un gesto entre tímido y curioso , nos acompañan al interior, donde Rabee nos pone al tanto del proyecto que tiene como finalidad un intercambio de conocimiento, gastronomía , artesanía…De esta forma, cuenta Rabee, la comunidad de Al Mazra´a con escasos recursos económicos pero rica en tradiciones, gracias a Zikra tiene la oportunidad de compartir sus hábitos de vida y sentirse orgullosos de enseñarles a sus huéspedes como hacen las cosas, al mismo tiempo que los foráneos, con sus visitas, les abren nuevos horizontes.

Durante unas horas nos sentamos en el suelo y aprendimos a cocinar el delicioso Gallayet Bandora cuyo ingrediente protagonista es el tomate, tejimos canastas con hoja de plátano, redondeamos preciosas borlas de hilo, y finalmente degustamos el resultado de nuestro aprendizaje sentados en corro alrededor de unas gigantes fuentes de pan y guiso de tomate, bastante picantito , mientras escuchábamos poemas y cantos de la región, y los ojos sonrientes, irónicos , de quien nos servía, asomaban grandes y azules entre su negra vestimenta . Como fin del encuentro la “maquilladora” del grupo , nos adornó pintándonos los ojos con col y enseñándonos a hacerlo a nosotros mismos.

 

INFORMACIÓN.

www.visitjordan.com

 

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