Manena
VERONA, UNA CIUDAD QUE ENAMORA.
Verona,la ciudad de los enamorados, inmortalizada por Shakespeare gracias al amor imposible de Julieta Capuleto y Romeo Montesco, y gracias a Luigi da Porto S. XVI , que escribió el desgraciado relato antes de que éste llegara a la pluma del dramaturgo inglés. La joven aristocracia inglesa viajaba a la ciudad intrigada por el sonado romance , igual que hoy tocan el pecho de Julieta para atraer el amor , a los pies del balcón por el que trepaba el intrépido Romeo.
John Ruskin en su libro “Verona y otras lecturas” 1857, habla de la ciudad del Véneto como su lugar preferido en Italia, aconsejando a sus amigos y lectores dedicarle tiempo y cariño. Según sus apreciaciones, su situación a orillas del río Adigio, las iglesias góticas, las espectaculares tumbas medievales de la familia noble de los Scaligeri , el Anfiteatro Romano de la Arena y el Foro Romano , hoy plaza de las hierbas, suponen un auténtico tesoro.
VERONA Y EL GRAND TOUR.
La moda inexorable del Grand Tour fue un fenómeno que duró unos cuantos siglos hasta que Thomas Cook lo hizo asequible al resto de los mortales, y el sentido elitista del “journey” cultural para los jóvenes aristócratas británicos e intelectuales afamados , empezó a evaporarse. Sin embargo, hasta ese momento son muchos los que en diferentes tiempos y por diferentes motivos visitaron la península itálica . Uno de ellos fue el irreverente Oscar Wilde cuando siendo un estudiante de Oxford se lanzó a la aventura continental en compañía de su ex profesor de Griego en el Trinity College, el ministro protestante John Pentland Mahaffy. Tras visitar Florencia Bolonia, Venecia, Padua , el 23 de Junio de 1875 Wilde y sus amigos llegaron a Verona, con la buena fortuna de coincidir con la representación de Hamlet en el impresionante anfiteatro romano de La Arena a la luz de la luna, tal como le escribió el poeta a su madre, fascinado por la representación en tan especial marco. La mañana les sorprendió con la belleza gótica de las tumbas de los Scaligeri, los grandes señores de Verona y el magnificente Duomo símbolo de la época románica al igual que la Catedral de San Zenón. Probablemente tras pasear por la espléndida ciudad que la UNESCO ha incluido en su patrimonio se tomarían un café en el Caffe Dante que desde sus comienzos en el s. XVI fue centro de reuniones políticas, tertulias literarias, taller poético y que hoy sigue siendo un ineludible cultural aunque sus clientes vistan vaqueros y Desigual y hablen a ritmo de teléfonos inteligentes o tabletas. Al salir del Caffe en la plaza que honra a Dante Alighieri con su estatua, caminarían por las riberas del río Adigio, hasta llegar a la Plaza de las Hierbas que si antaño albergaba el Foro romano , desde el s. XIV la visten fastuosamente las Casa de los Mercantes de suntuosas fachadas . Visitarían ¿cómo no? el Castelvecchio que asoma a orillas del río Adigio y fue símbolo del poder medieval de la familia Scala. Y finalmente Oscar Wilde se sentaría en cualquier lugar recoleto y tranquilo de la ciudad del amor para escribir su poema “At Verona”.
VERONA Y CHARLES DICKENS.
Charles Dickens también emprendió su Grand Tour cuando ya disfrutaba de un gran éxito literario . Corría el 1844 , ya eran frecuentes los viajes organizados en ferrocarril y el Grand Tour había dejado de ser exclusivo de la aristocracia y claudicaba ante los encantos económicos de la burguesía. De hecho, a principios del s. XIX, se calculaban unos 40.000 ingleses haciendo el Tour. De su experiencia personal Dickens escribió “Estampas de Italia” donde desvela otra realidad muy lejos de la admiración y exaltación de otros compatriotas suyos hacía la península itálica. Pasó un año descansando en el pintoresco pueblo marinero de Sirmione, a orillas del lago Garda.
Dónde dormir:
Hotel Accademia
Con una localización privilegiada en la Vía Mazzini, centro de Verona,a pocos pasos de La Arena, de la Casa de Julieta, de la Plaza de las Hierbas , lo primero que enamora del hotel es su arquitectura y su patio interior al que se accede desde la habitación , un oasis en pleno bullicio callejero.Las habitaciones son acogedoras y cuentan con todas las comodidades. El Hotel ofrece un servicio de aparcamiento, indispensable para dejar el coche en la zona peatonal donde se encuentra.
Dónde comer:
Antico Caffé Dante . Emplazado en el hermoso marco de la Piazza dei Signori o Piazza de Dante, es el lugar perfecto donde saborear una deliciosa gastronomía y un pasado legendario entre buenos vinos, y una cuidada decoración de época.
http://www.veronatuttitorno.it