PEER GYNT CUMPLE 150 AÑOS.

EDVARD GRIEG O LA MÚSICA DEL FIORDO. “El aroma de Tyskebryggen me sorprende. De hecho creo que hay bacalao y arenque en mis notas” declaraba refiriéndose al muelle de la capital de los fiordos, el gran maestro cuya música acompañó Peer Gynt, obra del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, gran amigo de Grieg. NORUEGO HASTA LA MÉDULA.   Edvard Grig amaba esa naturaleza que esculpida por el hielo en la era glacial dio origen al majestuoso escenario de los fiordos, y la dibujó en sus partituras. De su música se desprende la esencia del fiordo reflejando su luz en los tonos verdes, azules y oscuros de sus aguas. La alegría de sus danzas y la nostalgia de las canciones populares. Compositor nacionalista por excelencia, defensor del dialecto hardanger, su musa de inspiración fue el folklore del oeste noruego que le vio nacer en la ciudad de Bergen el 15 de Junio de 1843. Esa tendencia a ensalzar el sentir popular le creo animadversión por parte de los músicos y críticos conservadores, por lo que sus propias obras tardaron en ser valoradas. La película de 1970 “Canción del Sol de Medianoche” basada en la Opereta de 1944 sobre la adaptación del libro de Milton Lazarus y Homer Curian, muestra la batalla de Edvard Grieg , secundado por su mujer Nina Hagerup y su gran amigo Rikard Nordaak para impulsar la música nacional noruega: “ Nos conjuramos contra el escandinavo blando y emprendemos un nuevo camino de la escuela nórdica” decía el gran…Read More

El pescador con ojos azul marino-Noruega

Ingrid tiene el pelo blanco y los ojos azules y risueños. Es la “Matriarca” de la isla de Rovaer, y la madre de las propietarias de “Kultur -Hotell” . Para contar la historia de Ingrid hay que remontarse a los años cuarenta cuando a la isla de Rovaer, perdida en el Mar del Norte, solo iba el ferry una vez a la semana, cuando Rovaer vivía de la pesca del bacalao y el arenque y cuando una joven maestra de 18 años , Ingrid, cayó por allí para hacer sus prácticas en la isla. Ingrid se adaptó enseguida a la vida de los pescadores; le gustaba enseñar a sus niños y contemplar ese mar bravo y gris –“ el mar de verdad- dice Ingrid,”- el que a tantos hombres de Rovaer arrastró a sus aguas. Y sus ojos aún se humedecen al contar el episodio que hizo a Rovaer tristemente famoso: Allá por el 1899, tiempos en que había que navegar hasta Haugesund para traer al médico y siempre que las aguas no estuvieran heladas o bravas , la esposa de un pescador murió , dejando siete niños y a un hombre joven a su cargo. El viudo y sus compañeros armaron una embarcación y se adentraron en la mar, llevando a la joven fallecida a Haugesund para celebrar el funeral y consiguiente entierro. Nunca llegaron a su destino ya que una tempestad pudo con ellos, tragándose a la mayoría de los hombres de Rovaer. Ingrid termina su relato, hace…Read More