ANÉCDOTAS VIAJERAS

WILLIAM BUTLER YEATS Y LAS MUJERES.

SU MADRE Desde su más tierna infancia las mujeres jugaron en la vida del gran poeta y dramaturgo un papel primordial. Su madre, Susan Pollexfen casada con el pintor John Butler Yeats, le regaló a su hijo la semilla de amor por la vieja Irlanda que germinó cuando la familia, tras vivir en Londres, regresó al Sligo materno y que él transmitió a la largo de su prolífica obra plena de pasión por el Eire y el misticismo y amor a la naturaleza que le inspiraban las tierras de sus abuelos. SU GRAN AMOR. Maud Gonne, fue el gran amor, la musa, el leit motif de William B. Yeats. Desde que se encontraron en 1889, cuando ella tenía 22 años, vivió obsesionado por ella hasta el final de sus días. La imagen de Maud se adivina en gran parte de su obra . Nada más conocerla escribió “Jamás pensé que vería en una mujer real semejante belleza. Provenía de imagenes famosos, de poemas, de un pasado legendario…” A pesar de que Yeats nunca fue correspondido por su amada; le pidió matrimonio cuatro veces y las cuatro le rechazó, fueron grandes amigos . Yeats participó, influido por Maud, en las acciones del Movimiento Nacionalista Irlandés, Maud encarnó el primer papel de la obra de teatro de Yeats, Cathleen Ni Houlihan escrita especialmente para ella. El escritor que se había iniciado en la orden interior de La Aurora Dorada, participando en ocultismo, y encuentros esotéricos, convenció a Gonne de que al nacionalismo…Read More

Stefanie Hempel y los Beatles- Historia de una pasión

Erase una vez… una niña que vivía en Berlín del Este, cuando un simple muro de cemento aún separaba las dos Alemanias. Al cumplir los nueve años su padre le regaló un “cassette” de los Beatles que cambiaría su vida para siempre. Primero se enamoró de su música y luego lo hizo de John Lennon, a quien escribía sentidas cartas de amor. Se aprendió las letras de sus canciones, y también sus notas… se empapó de anécdotas y ocurrencias del cuarteto de Liverpool, y ya crecidita y sin “muro cortapisas” se dedicó a compartir la música y vivencias de sus idolatrados Beatles en Hamburgo a través del Tour de Stefanie Hempel, en el que acompaña e ilustra a los interesados sobre los comienzos del grupo en la ciudad báltica, cuando tocaban, allá por los 60, en el Club Indra, o en el Star, o en el Grosse Freiheit 36, todos estratégicamente situados en el controvertido barrio de St.Pauli. Stefanie recibe a sus visitantes en la estación de metro de Feldstrasse, al lado del puerto, y lo hace a ritmo de un trepidante !!Twist and Shout!!acompañada por el ukelele y con una gran sonrisa que contagia su adoración por los chicos de Liverpool… Durante el paseo hacía la calle de Reeperbahn en el distrito de St.Pauli, Hempel cuenta como en aquellos años en los que el “Rock” todavía no había conquistado Europa, Hamburgo se situó en la vanguardia musical y recibía con agrado a los “Roqueros” que llegaban de Liverpool a buscarse…Read More

Historia de la Hacienda Tres Ángeles-Puerto Rico

¡Querer es poder! O Historia de la Hacienda Tres Ángeles-Puerto Rico “Yo tenía un cafetal en Adjuntas…” podría ser el comienzo de esta bella historia que tiene en común con las vivencias de Karen Blixen en sus “Memorias de África”, la fuerza de voluntad y el !CAFÉ! Juan Meléndez no proviene de familia “cafetera”; trabajaba como técnico de aire acondicionado. Su esposa, Naomi Gómez tampoco tenía que ver con el mundo del café, era más bien una mujer “urbanita” que había vivido una larga temporada en Nueva York. Pero un buen día, ambos deciden que quieren cambiar de vida y su sueño es un cafetal. Tras recorrer la isla de arriba abajo deciden que la zona de Adjuntas, conocida familiarmente como la Suiza portorriqueña, gracias a su clima fresco y sus altos montes, es el lugar ideal para cultivar el “arábico” y el “caturra”. Con medio millón de dólares, más un buen pellizco monetario del Departamento de Agricultura, compran 100 hectáreas en el Barrio del Portillo de Adjuntas y el sueño se vuelve realidad. Hace apenas poco más de un año, el matrimonio y sus tres hijas, María de los Ángeles, Angélica Naomi y Victoria de los Ángeles se trasladan a la Hacienda que bautizan irremisiblemente como “Hacienda de los Tres Ángeles”, construyen una primera edificación que contiene un acogedor café donde degustar el delicioso arábico, y la fábrica. Entre tanto, la familia vive en un barracón dentro de la hacienda, a la espera de levantar su casa. Mientras paseamos con…Read More

La Patapampa de Juan Marcelo-Perú

Juan Marcelo sabe muy bien lo que dice. Y lo dice con conocimiento de causa y con un apasionamiento que no se ha enfriado a pesar de sus muchos años de guiar por tierras arequipeñas. Cuando habla del volcán Misti lo humaniza, lo trata de usted y lo integra como uno más en la vida de Arequipa. Cuando habla del arco iris del sol lo hace como si fuera la primera vez que lo ve brillar sobre esa Patapampa que de ser un terreno arisco de belleza agreste , pasa casi a ser un vergel tras las explicaciones de Juan Marcelo. Sin él, difícil hubiera sido percatarse de la llareta musgosa que solo crece a 4.000 m de altura y más difícil aún distinguir al conejo silvestre llamado” vizcacha “que se camufla entre las rocas del paisaje. Juan Marcelo es un hombre afable de físico andino que habla con cariño de su tierra y con indiferencia de aquellos que no la entienden o no la quieren. Conoce todos sus secretos, leyendas y sueños. Sabe que las pirámides de piedra sobre piedra, las “alpachetas” que salpican la Patapampa eran antiguas ofrendas a los dioses que han pasado a se amuletos para asegurar el regreso de quienes las levantan. Y sabe que si se desea algo con fuerza no hay más remedio que hacer una ofrenda a la “Mama Pacha” (la madre tierra) con tres hojas de coca como base y una planta, un animalito o un recuerdo querido sobre las hojas,…Read More

Espejismo africano

El jeep atravesaba los pueblos de casas de adobe , muchas de ellas con tejado de uralita. La carretera de “dudoso” asfalto se convirtió un camino de tierra y piedras. Hacia calor, pero una ligera brisa soplaba de cuando en cuando , aliviando la atmósfera y trayendo una ondas, apenas perceptibles, que a veces parecían un simple murmullo del viento y otras tomaban la forma de cántico espiritual. El motivo del trayecto era atender a la ceremonia que uno de los grandes complejos hoteleros de la zona, celebraba periódicamente, donando ropa blanca a los ancianos de la aldea. Lo que para unos ya había cumplido su ciclo vital en el hotel, tras pasar por la lavandería y empaquetado con delicadeza, para otros se convertía en el gran evento del año, cuando, “cartilla en mano”, esperaban protegiéndose entre alguna acacia de la sabana africana, para recibir el cotizado obsequio. La notas graves del “blue” aumentaban en volumen y vigor cuando al girar en un recodo del camino, la escena vibrante de un grupo de gente mayor cantando y bailando, enmudeció a los pasajeros del “jeep” . La vestimenta a lo “Cabaña del Tío Tom” , la armonía de sus voces, el ritmo de su danza y la espontánea alegría con la que demostraban su agradecimiento, fueron un chorro de autenticidad, de vida, en medio de la nada…

David Livingstone y su “Rosa de los Vientos”

John Arnold soñaba con épicas aventuras mientras perfeccionaba el diseño y la técnica relojera de su padre, maestro relojero; fantasías que se hicieron realidad cuando sus relojes contribuyeron a que intrépidos exploradores, como el Doctor Livingstone, no perdieran el norte. David Livingstone era un explorador valiente y sagaz con una regia disciplina y muy organizado. Seguro que cuando allá por el 1855 se encontró con una de las maravillas del mundo: Las Cataratas de Mosi-Oa-Tunya a las que renombró en honor a la reina de Inglaterra como Cataratas Victoria, hibernaría por unos instantes su emoción y echaría una ojeada a su reloj Arnold and Son para saber la hora exacta de tamaño descubrimiento, antes de exclamar” Los ángeles tienen que detener su vuelo para ver un espectáculo como éste”. Y es que la marca Arnold and Son comparte con el gran filántropo una vocación aventurera que le lleva a crear su fascinante modelo “Scout” con una esfera de sofisticado diseño y a la vez altamente legible, en la que destacan los índices dispuestos como los puntos de una brújula alrededor del disco GMT y la rosa de los vientos central. El espíritu pionero de John Arnold, fue de gran apoyo en la investigación de longitudes precisas. Perdido en el tiempo de África Ocho años había pasado el Dr. Livingstone en África ejerciendo de misionero, cuando en su afán por abrir rutas en el continente con propósitos religiosos y humanitarios, se adentra en el desierto de Kalahari en 1849 y va…Read More

Una Historia “Aussie”

Los buscadores de historias van por el mundo al acecho de lo insólito que no tiene por qué ser peligroso, ni rebuscado, solo distinto. Escuchan y observan vidas ajenas hasta dar con un cuento, digno de ser narrado. Este que sigue podría ser uno de ellos:   Erase una vez… tres ejecutivos maduros, sitos en la bellísima ciudad de Sydney. Dos hombres y una mujer, triunfadores, agresivos, que, de la noche a la mañana, abandonan su envidiable “modus vivendi” y le dan la espalda a la cosmopolita Sydney, para refugiarse en las aguas pantanosas de la desembocadura del río Hasting, Port Macquarie, a 420 Km al norte de Sydney, en el estado de Nueva Gales del Sur. Estos “aussies” (termino familiar para australiano), compran un cascaron de nuez al que bautizan como “La Reina de África” (por su semejanza con la barcaza de Humphrey Bogart), una tetera de zinc, unos cuantos arreos de pesca, y se dedican a pasear a turistas despistados que caen por estos lares. El paseo que Sarah, Peter y Stephen ofrecen por las riberas del río, no tiene desperdicio.       Desde el ronroneo del navegar de la “Reina de África” al que secundan el trino de los pájaros que pueblan los cielos australianos, el “borboteo” del “kettle” hirviendo, presto a servir un excelente té y la voz grave de Stephen entonando canciones irlandesas, hasta el espectáculo visual que suponen los cauces pantanosos del río. Los eucaliptos rodean sus vereda. Es el árbol de Australia por…Read More

Volar a Madeira- Aeropuerto de Funchal

Al aeropuerto de Funchal a la “orillita” del mar se le quedó corta su pista de aterrizaje, por lo que no tuvo más remedio que alargarla. La colosal obra consiguió combinar la flora, el deporte y los vuelos a Madeira de forma magistral. Perdida en el Atlántico, Madeira no fue punto de mira para Portugal hasta mediados del s. XV cuando el reino portugués dio con la isla boscosa a la que bautizó como la madera que le protagonizaba. La que hasta entonces había sido un paraíso para las aves y para las ballenas que cruzaban el océano, tras su descubrimiento se convirtió en un lugar estratégico de los barcos mercantes camino de África o de Sudamérica. Con el matrimonio entre Carlos II de Inglaterra y Blanca de Braganza, Madeira culminó como lugar preferente para los navegantes ingleses. Pasaron los siglos y muchos barcos atracaron en sus costas: barcos mercantes, navíos de guerra y goletas piratas dejaron su impronta en la amplia historia de la pequeña Madeira. Algunos incluso, atracaban en el puerto para llenar sus bodegas del exquisito vino de Maderia, que les ayudaba a luchar contra el escorbuto y la nostalgia. Hoy la isla es un lugar turístico que ofrece la variedad de su paisaje, desde la flora tropical hasta la estampa invernal de sus picos poblados de pinos , eucaliptus y castaños, regados por las “levadas” que serpentean la isla. Los pueblos blancos de tejas rojas se salpican entre las viñas escalonadas y de cuando en cuando…Read More

El pescador con ojos azul marino-Noruega

Ingrid tiene el pelo blanco y los ojos azules y risueños. Es la “Matriarca” de la isla de Rovaer, y la madre de las propietarias de “Kultur -Hotell” . Para contar la historia de Ingrid hay que remontarse a los años cuarenta cuando a la isla de Rovaer, perdida en el Mar del Norte, solo iba el ferry una vez a la semana, cuando Rovaer vivía de la pesca del bacalao y el arenque y cuando una joven maestra de 18 años , Ingrid, cayó por allí para hacer sus prácticas en la isla. Ingrid se adaptó enseguida a la vida de los pescadores; le gustaba enseñar a sus niños y contemplar ese mar bravo y gris –“ el mar de verdad- dice Ingrid,”- el que a tantos hombres de Rovaer arrastró a sus aguas. Y sus ojos aún se humedecen al contar el episodio que hizo a Rovaer tristemente famoso: Allá por el 1899, tiempos en que había que navegar hasta Haugesund para traer al médico y siempre que las aguas no estuvieran heladas o bravas , la esposa de un pescador murió , dejando siete niños y a un hombre joven a su cargo. El viudo y sus compañeros armaron una embarcación y se adentraron en la mar, llevando a la joven fallecida a Haugesund para celebrar el funeral y consiguiente entierro. Nunca llegaron a su destino ya que una tempestad pudo con ellos, tragándose a la mayoría de los hombres de Rovaer. Ingrid termina su relato, hace…Read More

Una tarde con Christina Dodwell

Si los cielos de Madrid gozan de merecida fama, la luz de aquel la tarde de primavera era espectacular. Una jornada curiosa, no cabe duda; la Huelga General, la Manifestación e incluso los hinchas del Hannover que vestidos de verde se preparaban para llenar El Calderón.. Sin embargo hay muchas formas de vivir una misma tarde y la que sigue seguramente fue una de las más placenteras: La Sociedad Geográfica Española había celebrado el día anterior la XIV edición de la entrega de premios : SGE 2011. Entre otros galardones, el Premio Internacional le fue concedido a la exploradora británica Christina Dodwell por sus viajes alrededor del mundo durante más de veinte años, a caballo, camello, canoa…. Viajes sobre los que ha escrito nueve libros, rodado series para la BBC y obtenido homenajes y reconocimiento. De paseo por Madrid Christina solamente tenía libre unas horas antes de emprender el regreso a su granja en Oxfordshire donde vive habitualmente. Fuimos a recogerla al Hotel Villarreal, Sania Jelic Directora de la Oficina de Turismo de Croacia y yo En plena Plaza de las Cortes aquel día las banderas sindicalistas ondeaban al viento y el convoy policial se multiplicaba como muñecas Matriuskas pero cuando bajó Christina Dodwell por la escalera del hotel, el tiempo se detuvo y el “jolgorio” callejero pasó a un mundo paralelo del que nosotros nos quedábamos fuera. Alta y fuerte, muy delgada , con el rastro de su vida grabado en la piel, lo primero que magnetiza de la…Read More