Trekking por las Calenques y los Alpes de la Alta Provenza con HUWANS
El recorrido comienza en Marsella, la ciudad fenicia estratégicamente situada entre colinas y mar, con una historia milenaria y un corazón joven siempre presto a recibir a los muchos foráneos que a lo largo de los siglos han hecho de Marsella la ciudad tan especial que es hoy.
Mimos suspendidos en el aire contemplan la marina y el viejo puerto donde han desembarcado olas de emigración. A pesar de su inmovilidad, no pueden menos que torcer la mirada ante el mayúsculo reflejo en el techo del Pabellón del Espejo, obra reciente de Norman Foster & Partners que da origen a un curioso mundo del revés.
Paseando por la avenida de Canebière, antaño frecuentada por la alta sociedad durante la tercera república, se llega al pintoresco barrio de Noailles, donde la melange multirracial está presente en cada esquina, especialmente en el mercado callejero cuyas frutas, verduras, especias, y flores trasladan a Marruecos, Argel, Indochina, India e incluso en Francia, en el mismo espacio, en la misma calle, en la misma época…
La nueva arquitectura levantada con motivo de la nominación de Marsella como ciudad de la cultura 2013 incluyen el Museo de las Civilización Mediterránea y Europea (MuCEM) de Rudy Ricciotti que está conectado por un puente largo y delgado con el fuerte de San Juan del s. XVII , y tiene una etérea estructura cristalina donde se refleja la silueta bizantina de la Catedral de Sainte Marie Majeure,.. y el Centro de Arte Contemporáneo (FRAC) de Kengo Kuma; una interesante fusión arquitectónica a la orilla del mar.
Cassis
Llegar al pueblo pesquero de Cassis al caer el día es un auténtico lujo. La luz del ocaso adorna los barcos del puerto, y el castillo y las tabernas con sus rayos dorados y es entonces cuando la gente sale a la calle para disfrutar de la noche mediterránea, tomarse una copa del rosado que afama la región y degustar una deliciosa bullabesa provenzal o una lubina recién pescada, de esas que el dueño del bote subastaba al amanecer a todo aquel que quisiera pujar por ella…
Tras una noche en el acogedor pueblo de Cassis, comienza la aventura por Las Calenques de la mano de los expertos guías de Huwans, Steven y Frederic, camino de Port-Mieu y Port-Pin. Los diez kilómetrosde costa entre Cassis y Marsella entrañan los acantilados más altos de Francia, las famosas Calenques, semejantes a los fiordos noruegos pero con flora mediterránea y piedra caliza.
Steven y Frederic que conocen cada cala, cada hierba y cada flor del recorrido, hablan de las propiedades medicinales de ésta hierba con forma de campanilla, o del buen sabor que da a los guisos esa otra, o de lo peligroso que es tocar aquella que aunque parece indefensa, tiene muy mala idea y provoca irritantes picores.
Tras tres horas de caminata se baja hacia una cala para sumergirse en sus cristalinas aguas que devuelven la energía y quitan el calor, antes de sentarse a disfrutar del picnic que Steven y Frederic han preparado . Melón dulce y sandía jugosa, patés de aceitunas negras y verdes, salchichón a la pimienta, ensaladas con tomates que saben de verdad, queso de cabra…. son algunas de las magníficas viandas con que se verá recompensado el esfuerzo mañanero.
El paisaje espectacular de Las Calenques se presenta en cada recoveco como un espejismo de acantilados calizos guardando celosamente esas rías de agua marina , turquesa y esmeralda, matizadas por el verde oscuro de los pinares y el plateado de los olivos. Cassis aparece de nuevo en el horizonte , la auténtica postal de pueblo marinero. Tras recoger el equipaje en el hotel Le Golfe con vistas al puerto, se emprende camino hacia la montaña.
Prads- Haute- Bleone
La segunda parte del trekking provenzal se desarrolla en el corazón de los Alpes de la Alta Provenza donde unas yurtas mongolas esperan a las laderas del monte para acoger a sus visitantes,y trasladarles a la infancia durmiendo en un espacio circular donde cuatro camas de madera, una estufa en el centro, acogedores quinqués y dibujos naif en los muebles, les harán sentir protagonistas de una fábula infantil y dormir como niños.
Después de una noche reconfortante, el sol aparece tras la montaña sacando a las yurtas de la sombra , desvelando lo espectacular del escenario alpino. Una sesión de yoga en la yurta dedicada a tales fines es el desayuno perfecto antes de comenzar las andanzas montañeras.
Los más audaces se aventuran a escalar los 1000 m de la via Ferrata mientras el resto pasea bucólicamente por los prados de la Baisse Du Carton, donde campan los pastores con sus ovejas bajo la astuta mirada del águila real. Al mediodía se reunirán todos para disfrutar una vez más de la comida campestre rodeados de un magnífico escenario montañés.
En la jornada dedicada a las técnicas de supervivencia, que sí bien pudieran parecer fáciles, no lo son, se aprende a encender un fuego, a exprimir agua de la camiseta tendida sobre el rocío, a reconocer el valor y el propósito de cada planta o hierba…El recorrido hasta la gruta Saint Labre cercana al río de l´Arc, será ameno e instructivo gracias a las lecciones del guía de Huwans sobre la fauna y flora endémica aderezada con anécdotas y leyendas de la región.
Y termina una excursión en la que la aventura, el deporte, la cultura, la gastronomía y sobre todo la compañía y los buenos ratos, se han combinado estratégicamente para resultar un éxito.
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