Hotel Villa San Michele – Florencia

En balsa por el río Arno

foto de archivo Orient-Express.
Foto de archivo Orient-Express.

Florencia. Una ciudad nacida del Arte

La ciudad hace honor a su nombre (destinada a florecer). Y lo hace por todo lo alto. Sus brotes han dado las flores más exquisitas en cuanto a arte, cultura e historia se refiere. Personajes de la talla de Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Dante Allighieri, Galileo Galilei o Donatello entre otros muchos, han dejado su sello inmortal en la antigua capital de Italia, que alcanzó su máximo esplendor durante la Dinastía de los Medici,como Ducado de La Toscana.

El mundo del “VILLA SAN MICHELE”

El Hotel Villa San Michele fue un antiguo monasterio que los franciscanos levantaron en el s. XV , en las colinas de Fiesole, dominando la vista más privilegiada de Florencia, en la que la cúpula del Duomo refulge con el sol cada amanecer y el valle del Arno muestra a la luz del día la fertilidad de sus viñedos, olivos , cipreses y limoneros. La fachada se le atribuye a Miguel Ángel, y el interior guarda intacto su origen monacal. Tanto, que la recepción del Villa San Michele-incluido en la selecta colección de Belmond, desde 1982-es el antiguo altar de la capilla, y en el “Cenáculo” del restaurante “La Loggia” está el fresco de la “Última Cena” que fue completado por Nicodemo Ferrucci en 1642. Sobrecoge la vista de Florencia que el Villa San Michele ofrece nada más traspasar su portalón; aunque de puertas afuera parezca un regio monasterio, su interior esconde todo un mundo de belleza y bienestar; “Chandeliers”, candelabros, frescos y hornacinas son los elementos decorativos del “hall” de la entrada, que desemboca en la terraza de “La Loggia”, por el que se entrevé el Duomo de Florencia y la magnífica ciudad,y que culmina con un jardín pletórico de flora tuscaniense, y poblado por las magníficas suites que se escalonan en el monte.

Chef Attilio Di Fabrizio

El Hotel cuenta con su propia huerta en donde crecen las hierbas y hortalizas que se utilizan en la rica gastronomía lugareña. También tiene su deliciosa escuela de cocina situada en el antiguo invernadero donde el Chef del Villa San Michele, Attilio Di Fabrizio enseña a sus alumnos alguno de los secretos culinarios de la tierra.

Delicias que se podrán saborear en el restaurante “La Loggia”, regados por los mejores vinos de la región, mientras se disfruta de la panorámica de Florencia desde la terraza del comedor, y de un servicio simpático que, pendiente de la clientela, explica el origen de los vinos, aconseja sobre los platos y no se les escapa un detalle.

Attilio, mientras prepara los manjares con una destreza asombrosa, charla sobre la importancia del buen comer y comenta como su postre preferido es la tarta de moras que prepara Fluvia, su mujer. De paso, comparte generosamente con twitter la receta @ScampiTartare , en la se pelan cortan y sazonan las gambas con aceite de oliva y estragón,se riegan con caldo de pescado y mantequilla, y se sirven en un molde de carpaccio de tomates verdes.

El siguiente plan es una divertida actividad que el “Hotel” acaba de incluir en su agenda:

Florencia21
Foto de archivo de Orient- Express.

Nueva perspectiva de Florencia desde su río Arno, navegando en las balsas que el Villa San Michele, pone al alcance de sus huéspedes . Ettore y Zanc son los expertos “navegantes” que acompañan a sus pasajeros hasta la presa de San Niccolo, pasando bajo el magnífico Ponte Vecchio y tres más de los siete puentes de Florencia. Un tranquilo y espectacular paseo hasta el Río Sieve, contemplando el paisaje de La Toscana , antes de quemar una pequeña dosis de adrenalina en el momento de sortear los “rápidos”. El baño en las aguas transparentes del Sieve y el picnic en un idílico paraje, devolverá la tranquilidad a los aventureros excursionistas.

Tras pasar la noche en una habitación de reyes, amanecer en el Villa San Michele es un auténtico privilegio. No solo por el trino de los pájaros y la vista de Florencia, o por el delicioso desayuno con todos los productos naturales de la Toscana, también por su entorno especial: monte abajo, Florencia y monte arriba , Fiesole.

Lo que Fiesole encierra

Exposiciones permanentes y temporales se suceden por los puntos neurálgicos del pueblo; en el ayuntamiento, en la plaza principal… No en vano éste pequeño enclave de La Toscana impresionó a Herman Hesse que desmenuza en su cuaderno de viaje en el 1901, alguno de los tesoros arqueológicos de Fiesole, y hace hincapié en su variada y sensual vegetación.
Fundado en el s IX-VIII AC, el pueblo de Fiesole tuvo gran importancia en la confederación etrusca, más tarde fue conquistado por los romanos, y pasó por diversos vericuetos históricos que hoy componen su historia; restos de murallas etruscas rodean sus campos, un magnífico teatro romano es el escenario perfecto para contemplar los encantos de la campiña Toscana, y la iglesia románica del 1028 atestigua otras épocas, al igual que el Palacio Comunale del s. XII. Exposiciones de arte vanguardista se suceden por los anciano escenarios de Fiesole que condensan en sus piedras un rico legado, enmarcado por cipreses centenarios, aromas de jazmín y lavanda y los vivos colores de las muchas y variadas orquídeas que crecen en sus jardines.

www.belmond.com

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