San Patricio 2015

  San Patricio murió en Irlanda un 17 de Marzo, y la conmemoración del aniversario de su patrón se ha vuelto uno de los eventos principales, si no el más , de la Isla Esmeralda. Solo en Dublín unas ocho mil personas desfilan para otros miles que les observan, ataviados de verde, el color de Irlanda por excelencia, y con un trébol en el ojal, en honor a San Patricio que se valía de sus tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Muchos son los irlandeses que dispersos por el mundo rinden homenaje al santo, en Chicago, Nueva York, Sydney, Ciudad del Cabo, París, Londres, Madrid…ciudades que iluminan de verde sus edificios más representativos en honor al patrón de Irlanda. Y… la Cibeles, la Puerta de Alcalá , el London Eye, la Torre de Pisa, las Cataratas del Niágara…y éste año por primera vez el Sagrado Corazón de París se unen a la Ola Verde y se visten del color de la esperanza y de los verdes prados irlandeses para celebrar una fiesta que se ha vuelto universal. Pero si el verde es el color del 17 de Marzo, la encargada de regar y alegrar la jornada, no es otra que la stout Guinness que corre por las barras de Dublín y de todos aquellos lugares en los que se brinda ese día por la tierra irlandesa. Información: Turismo de Irlanda

SAN PATRICIO A GOLPE DE GUINNESS- 2018

CUENTA EL SABER POPULAR QUE LA CERVEZA GUINNESS TOMA SU TONO OSCURO DE LAS AGUAS DEL RIO LIFFELY QUE ATRAVIESA DUBLIN Dicen que el 17 de Marzo, fiesta del patrón de Irlanda, San Patricio, se consumen unos trece millones de pintas , allá donde quiera que corra la sangre irlandesa. Y es el barrio adoquinado de Temple Bar, cuyas calles estrechas acogen pintorescos pubs y tiendas de moda alternativa, el lugar idóneo para terminar celebrando San Patricio en Dublín ; un hervidero de vida por donde deambula la juventud dublinesa , simpática y marchosa. GUINNESS. Irlanda y la cerveza Guinness están tan íntimamente unidas que hasta su anagrama sería el mismo sino fuera por la posición del mástil en el Arpa Celta , escudo de armas del Éire. Las oscuras pintas corren por las barras de los pubs donde los barmen dublineses las tiran con paciencia hasta conseguir que la cerveza emane al ritmo necesario para que caiga suavemente sobre el recipiente, se pose con delicadeza en el fondo del vaso y repose hasta que el color café con leche se convierta en casi negro y la espuma se concentre en la parte superior del vidrio, de donde pasará al labio del bebedor que, tras apartar con la lengua el resto , se beberá la esencia de Dublín.