La sonrisa de Mon encabeza el día cuando tras llamar a la puerta, por llamar, ya que sin esperar un “!Adelante!” entra, bandeja en mano, y la deposita encima de la mesa, mientras enuncia el programa de la quinta jornada en el Eastern & Oriental : Chiang Mai, y al pronunciarlo se le llena la boca, pues Mon nació en la segunda ciudad más grande de Tailandia, y según dice, allí la vida es mucho más tranquila que en Bangkok y el corazón de la gente es bueno y grande, a pesar de las luchas contra birmanos y thais del reino de Ayutthaya que ha tenido que bregar a lo largo de los siglos, desde que el Rey Mengrai la fundó en el 1296 erigiéndola en capital del Reino Lanna, desplazando a la antigua capital, Chiang Rai. Un séquito de bienvenida espera en la estación ferroviaria de Chiang Mai. El grupo de músicos acompaña a las bailarinas a las que no les falta un detalle en los adornos y las flores que embellecen la seda de sus vestidos y engalanan el ritual con el que homenajean al pasaje del tren, danzando con ritmo y delicadeza. Sus manos, entrenadas desde niñas, son las protagonistas de la ceremonia; las doblan, las voltean y las alargan , imitando el lenguaje alado de los pájaros. Aunque gran parte de la ciudad amurallada ha desaparecido, sus cuatro bastiones permanecen intactos y guardan celosamente la zona antigua de la ciudad por la que fluye el río Ping…Read More