CUADERNO DE VIAJE

Tailandia Legendaria. Quinto día

La sonrisa de Mon encabeza el día cuando tras llamar a la puerta, por llamar, ya que sin esperar un “!Adelante!” entra, bandeja en mano, y la deposita encima de la mesa, mientras enuncia el programa de la quinta jornada en el Eastern & Oriental : Chiang Mai, y al pronunciarlo se le llena la boca, pues Mon nació en la segunda ciudad más grande de Tailandia, y según dice, allí la vida es mucho más tranquila que en Bangkok y el corazón de la gente es bueno y grande, a pesar de las luchas contra birmanos y thais del reino de Ayutthaya que ha tenido que bregar a lo largo de los siglos, desde que el Rey Mengrai la fundó en el 1296 erigiéndola en capital del Reino Lanna, desplazando a la antigua capital, Chiang Rai. Un séquito de bienvenida espera en la estación ferroviaria de Chiang Mai. El grupo de músicos acompaña a las bailarinas a las que no les falta un detalle en los adornos y las flores que embellecen la seda de sus vestidos y engalanan el ritual con el que homenajean al pasaje del tren, danzando con ritmo y delicadeza. Sus manos, entrenadas desde niñas, son las protagonistas de la ceremonia; las doblan, las voltean y las alargan , imitando el lenguaje alado de los pájaros. Aunque gran parte de la ciudad amurallada ha desaparecido, sus cuatro bastiones permanecen intactos y guardan celosamente la zona antigua de la ciudad por la que fluye el río Ping…Read More

Tailandia Legendaria. Cuarto día

“No puedes esconder un elefante muerto bajo una flor de loto” Los proverbios, la delicadeza, la superstición y la aceptación , entran a formar parte de la cotidianeidad del tren en el cuarto día de viaje, igual que el picante en las comidas o el unir las manos y reclinar la cabeza a modo de saludo o despedida. Estamos en Tailandia. Tras la acertada introducción de Tim Bewer – escritor especializado en el Norte de Tailandia (Isan) oriundo de Wisconsin, enamorado y afincado en Khon Kaen- sobre la visita al templo khmer situado en la boca de un volcán inactivo en la provincia de Buri Ram, el pasaje espera ansioso el momento de contemplarlo. “Hoy es el día de Prasat Pahonom Rung” – dice el guía turístico Paco que a pesar de su nombre es puro malayo, aunque después de su estancia en España decidió rebautizarse en honor al país donde se lo había “pasado como nunca” palabras literales…Paco presume de ser “cañí” y de hablar como tal, e invita a escucharle sin verle, y así no notar la diferencia . Mirándole o sin mirarle Paco tiene un acento único, solo suyo, que hace que lo que dice no se le tome muy en serio, a pesar de su ser su discurso de indudable seriedad, bien informado y ameno. Los autobuses toman ruta hacia el templo , pasando por los innumerables campos de arroz que hacen de Tailandia uno de los mayores exportadores de arroz de Asia, salpicados por cuadrantes…Read More

Tailandia Legendaria.Tercer día

Conociendo Tailandia La noche cae como lo hace en los trópicos, sin avisar, de golpe. El tren enciende sus luces consiguiendo una atmósfera aún más irreal, si es que cabe. Como música de fondo el soniquete monótono del Eastern & Oriental Express que va dejando atrás campos de arroz y aldeas con casas de nipa (un tipo de hoja) coronadas con los irremediables tejados de Uralita y alumbradas apenas por algún que otro tubo de neón. Puertas adentro, maderas regias en las paredes, cretonas con motivos tropicales, cristal que canta al brindar, vajilla de porcelana y la exquisita gastronomía del Chef Yannis Martineau . Al finalizar la cena, Peter, el pianista, espera en el vagón del piano para tocar lo que se le pida, con pasión, pues ya dice él que la música ha sido, es, y será su verdadero amor… Por la mañana el tren ya ha llegado a la provincia de Isan que rica en tradiciones y casi desconocida para el turismo, vive de la agricultura, especialmente del cultivo del arroz y es famosa por sus telares de seda, incluidos en la visita mañanera. Monthian, Mon para los amigos, pertenece al “staff” del tren y está encargado de espabilar a los pasajeros y encarrilarles para que no se despisten, papel que cumple a la perfección, después de diecinueve años en el Eastern & Oriental. Siempre con la sonrisa en la cara, una sonrisa un tanto irónica, entra en la cabina, saluda, levanta al personal, hace la cama, la…Read More

Tailandia Legendaria-Segundo día

A bordo del Eastern & Oriental Express El Café Bambú del Hotel Mandarín Oriental reunió al mediodía asiático, ya comidos a pesar de apenas haber dado la una, a una mezcla cosmopolita de pasajeros que llegados de aquí, de allá y de acullá, esperaban el momento de abordar el tren, con un brillo especial en los ojos. De diferentes edades, razas y lenguas todos habrían soñado en su niñez con el novelesco lejano oriente de tantos autores que sucumbieron a su exotismo. Con las películas que integraron la jungla y sus habitantes en las tardes de los sábados o en los días lluviosos. Ese sueño se haría realidad para aquellos que en breve subirían al tren en la estación ferroviaria de Bangkok, gracias a la iniciativa y el glamour del Eastern & Oriental Express que tras muchos “tiras y aflojas” con los ferrocarriles malayos (KTM) y tailandeses (SRT), consiguieron unir 2.300 kilómetros de vías por las que el tren empezó a rodar en su viaje inaugural de Septiembre 1993. Desde el momento en que el “staff” del Eastern & Oriental Express se hace cargo de su pasaje, la mente se relaja y por unos días se vuelve a esa niñez en que solo hay que seguir las instrucciones del “adulto”. El “adulto” en este caso tiene muchos menos años que el pasajero, pero da igual. Es un placer hacer todo lo que diga la joven simpática y atractiva que reparte la información preparada de forma exquisita; papel de la mejor calidad,…Read More

Tailandia Legendaria. Primer día

Al salir del aeropuerto de Suvarnabhumi en Bangkok, el olor de Asia se instala en la pituitaria como un fugaz aviso a la sensualidad que está por descubrir; esa mezcla de aromas dulces, densos, y hasta pegajosos acompañarán la estancia en Tailandia, como lo harán las blancas sonrisas, la delicadeza y ese no saber si se ha sido entendido o si la leve inclinación de la cabeza y el unir las manos a modo de rezo, es simplemente un gesto más para nunca tener que decir que no. Cuando a Tailandia se le conocía como Siam, y cuando cualquier aventurero, viajero o soñador que se preciara tenía al Reino de Siam como uno de sus primeros objetivos, se levantó a orillas del Río Menam, allá a mediados del siglo diecinueve, una casa de descanso para aquellos intrépidos que osaban cruzar los mares y llegar a “La Ciudad de los Olivos Salvajes”, a Bangkok. Y así nació el legendario Hotel Mandarín Oriental, parada y privilegiada fonda de la primera jornada del viaje. Joseph Conrad, el gran capitán de vastos mares pero sobre todo, capitán de su agitada vida, se bebió unas cuantas copas en el Mandarín, Nijinsky deleitó a los huéspedes con su danza y Somerset Maugham tuvo una estancia no tan envidiable como otros, ya que pasó su intermitente ataque de malaria en una de las suites del Mandarín. Sin embargo el gran protagonista del hotel sin duda alguna, su amo y su amante fue el rey de la seda…Read More

La Esfera del Tiempo

Stefan Jacek ha rescatado el legendario Faro de Gdansk, fiel testigo de la historia polaca, y ha restaurado su esfera del tiempo que ayudó a precisar la cronología marina anterior a Marconi. Cómo medir el tiempo en el mar? Qué pregunta tan simple para la tecnología del siglo veintiuno. Antaño no lo era. Muchas vidas se perdieron por la falta de cronología marina, y muchos erraron su destino, llegando incluso a creer que habían llegado a él. John Harrison, nacido en el s. XVII en el Condado de York, solucionó gran parte del problema inventando el cronómetro. Hijo de un carpintero y muy aficionado desde niño a cualquier maquinaria que tuviera ruedas, especialmente relojes, ganó la suma de 20.000 libras, premio concedido por su majestad a quien lograra determinar la longitud de un grado con un error de 30 millas. El sueño de un hombre Si los faros marinos entrañan romanticismo y leyenda, aquellos a los que les coronaba la Esfera del Tiempo multiplicaban su aureola de misterio. El faro de Gdansk es uno de los más bellos del Báltico. Con una altura de unos 27 m. y una estructura gemela al faro de Cleveland, Ohio, está situado en una orilla del Puerto Nuevo de Gdansk y ha vuelto a renacer de sus ruinas cuando un soñador llegó un buen día y le sacó del olvido. Su nombre es Stefan Jacek Michalak, nacido en Varsovia en el 1943. Estudiante de electrónica en la Politécnica de Gdansk en 1966 viajó a…Read More