Dulces Tardes otoñales en el Ritz madrileño.

Las meriendas del Ritz famosas de antaño por su exquisitez que incluía todas las delicias de un suculento “five o´clock afternoon tea”: sanwiches de pepino, scooners, tostadas…ha dado un goloso y colorido giro y desde el 3 de Noviembre ofrece una dulce selección de tartas artesanales, muffins, bizcochos, brownies, pasteles, minipastelitos y !chuches!, propuestas del chef Jorge Gónzalez que, de 16,00 a 20,00h, transforma el lobby del Hotel Ritz en una entrañable “casita de chocolate” a lo Hänsel y Gretel irresistible para los infantes y para sus padres que volverán por unas horas a paladear los sabores de la niñez al son del piano, y a sorbos del “alimento de los dioses” como lo es una buena taza de chocolate.

Se dice que los primeros vestigios de recetas dulces se remontan a Mesopotamia y Egipto, hace los menos 7.000 años, cuando ya se preparaban los panes de miel espolvoreados con ajonjoli. A España llegó el chocolate tras el descubrimiento de América. Era la bebida sagrada de la diosa azteca del amor, la belleza y la fertilidad, Xochiquetzal, y dicen que el primer europeo que disfrutó del afrodisiaco brevaje fue Hernán Cortés en la corte de Moctezuma. Deleitarse con una humeante taza de chocolate es una deliciosa manera de avivar el estado de ánimo ya que alguno de sus componentes, los polifenoles, favorecen el flujo del azucar en el cerebro y ayudan a ver la vida “en rose” que diría Edith Piaf.

Momento clave de la pastelería fue cuando Catalina de Médicis llegó a Francia desde Italia en 1553 e introdujo el frangipani. Más tarde María Antonieta popularizaría el “croissant” y a Antonine de Carêm , s. XIX, autor del libro “El Pastelero Real” se le atribuye el merengue, nouget, voul aun vent…

Al entrar el lobby del Ritz al atardecer una espléndida síntesis de la repostería ancestral se concentra en pies de plata repletos de coloridos confites.

El nuevo director general del Hotel Ritz desde hace casi un año, Christian Tavelli, es una persona innovadora cuya premisa es acercar el legendario establecimiento a un amplio público y siempre está ideando nuevas opciones para que el Hotel Ritz de Belmond suponga un icono moderno, lujoso y cómodo, desde donde disfrutar de lo mucho que ofrece Madrid.

¿Y dónde mejor que el lobby del Ritz para pasar una lánguida tarde de otoño endulzando el paladar con su seductora repostería?

belmond.com

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