Manena
MUCHO MÁS QUE UN HOTEL…
El legendario y entrañable Hotel Ritz de Madrid se abrió en 2 de Octubre de 1910 gracias al afán de Alfonso XIII por levantar un establecimiento de rango donde alojar a la realeza y personalidades que visitaran la capital. Su amigo el Marqués de Guadalmina le recomendó con empeño las conversaciones con Cesar Ritz afamado empresario y dueño de hoteles en las principales capitales europeas. Y así nació el nombre y el hotel Ritz que por aquellos años cobraba 20 pesetas por una habitación con baño y pensión completa. Mucho ha llovido desde entonces pero el Ritz siempre ha sido testigo y protagonista de la vida del país, acogiendo en sus ilustres aposentos miembros de la realeza, del celuloide, entre ellos, y recientemente, a Nicole Kidman que dejó poso por ser cariñosa y afable con el personal, no se puede decir lo mismo de Jennifer López cuyo recuerdo es el de un genio notable. Durante la primera guerra mundial espías de la categoría de Mata Hari se pasearon por sus salones y el mismo Dalí que no podía dejar de crear, fue el padre del coctel Dalitini gracias a que se cortó con la copa y de la gota de sangre caída en la ginebra y el vermú más una cereza añadida por él, nació el artístico cóctel. Durante la guerra civil el Ritz tampoco se quedó atrás convirtiéndose en hospital .
EL GRUPO MANDARIN ORIENTAL ADQUIRIÓ EL HOTEL RITZ EN 2015.
Hoy , martes, 28 de Febrero de 2018 el Ritz cerrará para reabrir sus nobles puertas a finales del 2019, con el fin de , según las declaraciones de James Riley, Director Ejecutivo del Mandarín Oriental, “asegurar su posición como uno de los hoteles legendarios del mundo”. Su reapertura se espera con ansia y curiosidad pues con los 99 millones de Euros que se invertirán en la renovación del magnifico edificio Belle Epoque , ese templo de lujo y bienestar , será aún más ensoñador, cuando renazca bajo la tutela del grupo hotelero Mandarín-Oriental que lo adquirió en 2015.
Para tal menester ha sido elegido el arquitecto español Rafael de La -Hoz. Los diseñadores franceses Gilles & Boissier serán los encargados del interior. Entre las suites, muchas de ellas inspiradas en motivos culturales, artísticos o históricos españoles, cabe destacar la Suite Real con 188m 2 y vistas al Museo del Prado. Piezas valiosas decoraran las estancias y zonas comunes y la famosa terraza del Ritz seguirá teniendo su relevancia estival de antaño, a lo que habrá que añadir la recuperación del techo acristalado de la entrada que le dará luminosidad, gimnasio , piscina cubierta y spa de primera. Guardadas a la espera estarán su vajilla Limoges, sus alfombras de la Real Fábrica de Tapices y su cubertería de plata Goldsmith.
DIFICIL OLVIDAR…
Difícil olvidarse de las famosas tardes del Ritz , últimamente protagonizadas por los originales Tes de Beatriz Parreño. Recuerdo bien en una de esas tardes del otoño madrileño, en las que el verano lucha por quedarse y el invierno lo hace por entrar, cuando la emblemática terraza del Hotel Ritz estaba exultante. Entre los árboles exóticos , se distinguían los tonos ya otoñales de aquellos de hoja caduca. La fuente en el centro, los sillones de mimbre y los toldos azul marino matizando la blanca fachada hacían alarde de su esplendor para acoger a sus huéspedes antes de que llegara el invierno.Era miércoles, y ese día los famosos Afternoon Tea del Ritz que se celebran cada tarde, gozaban de la presencia de Beatriz Parreño, para explicar los muchos entresijos del mundo del té al que lleva dedicada casi veinte años, investigando, creando y aromatizando la cotizada hierba.
Difícil olvidar las burbujas apenas perceptibles de la copa de champagne Krug que se sirve en el bar con el mismo nombre el Krug Bar & Hall , acompañada de un canapé de Caviar Beluga.
Hay que recordar las muchas, muchísimas veces que el Hotel ha organizado jornadas gastronómicas de diferentes y exóticos sabores como México por ejemplo. La viva música de los mariachis ondeaba por los salones del hotel mientras excitantes manjares salían de la cocina ; ceviches, tamales, tacos, panuchos de cochinilla, guacamole, sabrosas salsas ; todo ello regado por coronitas, tequilas o zumos saludables y muy ricos por cierto.
Y la sucesión de navidades en las que el Ritz invita a dar la vuelta a esa puerta giratoria tras la cual se abre un mundo de cálidas luces y bienestar. Cada año el pino navideño cuenta con una particularidad y por su hall se suceden todo tipo de eventos con exquisitos menús para la cena de nochebuena, y el brunch de navidad. A lo que seguirá la puesta en escena de un baile cotillón con vestimenta de un estilo diferente cada año y su consecuente brunch para el día de año nuevo. El cierre de las celebraciones navideñas será la noche de reyes en la que no faltará su roscón con sorpresa incluida.
SIN PARAR DE INNOVAR…
Ni que decir tiene que a todo esto hay que añadir las muchas innovaciones que han ido aconteciendo en cada estación, como los Tour guiados para padres, y el entretenimiento en el hotel para niños a cargo de expertos que pintan, juegan y les instruyen sobre los encantos madrileños, o las exposiciones de arte que se organizan en sus salas, o los menús variados que el restaurante Goya elabora para sus huéspedes y visitantes, o los catering a domicilio a los que no les falta un detalle.
Y como cantaría la inolvidable cupletista Olga Ramos, “Yo me voy todas las tardes a merendar al Hotel Ritz y tras el te suelo hacer mil diabluras con un galán que está loco por mi”.
Leerte es un verdadero placer. Qué fantástica entrada, emotiva al punto de que me has hecho encharcar un poco los ojos. Son tantos los recuerdos que todos tenemos del Ritz: laborales, de amistades, de familia, de muchísimas cosas que nos llegan al alma. Me da pena su cierre. Conozco bien a la cadena Mandarín Oriental , y no me cabe la menor duda que será efectivamente un hotel de referencia mundial. Adios a un mítico lugar y bienvenido sea el futuro.